A Francia hemos vuelto varias veces después de comenzada la guerra. Y ante el verde, suave, dulce paisaje de sus campiñas, renovamos nues tro antiguo amor: ante el suave paisaje de sus campos y en las librerias donde, entre amena char la, vamos hojeando los volúmenes novísimos y re pasando los viejos autores savia de un pue blo que se llaman Montaigne, Moliere, Pascal, Descartes, sainte-beuve.
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